«Podría ser un montaje»: La oposición acusa a Sheinbaum de utilizar su agresión sexual para desviar la atención de la violencia en Michoacán.

El acoso sexual sufrido por la presidenta Claudia Sheinbaum en una calle del centro de la Ciudad de México ilustró claramente la violencia de género que enfrentan las mujeres todos los días en México, lo que provocó el apoyo manifiesto de políticas y activistas de todo el mundo y generó llamados a un debate público sobre el tema.

Sin embargo, la polarización que domina la política mexicana ha oscurecido la oportunidad de solidaridad nacional con respecto a un problema real que azota a una nación en la que se estima que el 70% de las mujeres mexicanas de 15 años o más experimentarán al menos un incidente de acoso sexual en sus vidas.

Mientras que las mujeres mexicanas manifestaron su indignación por la agresión sufrida por el presidente, los rivales políticos de Sheinbaum la acusaron de utilizar el incidente para desviar la atención de otro problema: la violencia política.

Sheinbaum, de 63 años, fue atacada el martes mientras saludaba a sus simpatizantes cerca del palacio presidencial, cuando se dirigía a un acto público. Un hombre ebrio se le acercó, la rodeó con el brazo y con la otra mano le tocó la cadera y el pecho, al tiempo que intentaba besarle el cuello.

Al día siguiente, Sheinbaum anunció que presentaría cargos contra el hombre e instó a los funcionarios estatales a examinar detenidamente las leyes y los procedimientos para facilitar a las mujeres la denuncia de este tipo de agresiones.

Unas horas más tarde, el senador Alejandro Moreno sugirió que el incidente podría haber sido un montaje “para desviar la atención de los temas que más preocupan a los mexicanos”, haciendo referencia al reciente asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, el séptimo alcalde asesinado en ese estado desde 2022.

“El gobierno no quiere que se hable de lo que pasó en Michoacán, de los asesinatos, de los crímenes, de cómo los cárteles de la droga lo han asolado”, dijo Moreno, miembro del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI). “Por eso creó esta gran, burda, vil e hipócrita distracción para intentar engañar a la opinión pública”.

El senador Ricardo Anaya, del Partido Acción Nacional (PAN), preguntó irónicamente: “Si no pueden hacerse cargo de la seguridad del presidente, ¿cómo van a garantizar la seguridad del país?”.

Activistas y simpatizantes describieron estas acusaciones como un ejemplo perfecto de cómo las mujeres que sufren este tipo de agresiones son revictimizadas por las autoridades.

“Siempre se trata de menospreciar y no de tratar de comprender lo que sucedió”, dijo María de la Luz Estrada, directora del Observatorio Ciudadano Nacional sobre Feminicidio.

Un reportaje especial publicado por el diario El País señaló que, al atacar a Sheinbaum, el sospechoso les dijo a todas las mujeres —desde ejecutivas hasta profesoras, limpiadoras, abogadas o jardineras— que no importa quiénes sean, qué trabajo tengan o qué cargo ocupen.

“Son vulnerables simplemente por ser mujeres a una violencia que, en distintos grados, sufren a diario millones de mujeres en todo el mundo”, señala el reportaje de El País.

Ingrid Beck, periodista argentina que elaboró ​​el informe “Violencia de género en línea contra las mujeres con voces públicas” para el Programa de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, calificó el ataque contra Sheinbaum como “una oportunidad para hablar sobre el acoso sexual”.

“[El ataque contra Sheinbaum] demuestra… que estamos muy lejos de estar protegidas, seguras o simplemente vivas. Parece que eso sigue siendo la excepción y no la regla. Intimida a las mujeres en la política y puede provocar que otras ni siquiera se atrevan a participar, o que las mujeres jóvenes tengan miedo”, dijo.

Este mismo punto —con un matiz— fue planteado por Ceci Flores, líder de un colectivo de familiares que buscan a sus seres queridos desaparecidos, quien ha criticado al gobierno por no abordar adecuadamente el tema de los “desaparecidos”.

“A nuestro presidente le bastaron unos pocos metros fuera del palacio para convertirse en víctima”, escribió en redes sociales. “Ese es el México que todos vivimos a diario: si tenemos suerte, nos agreden; si no, nos matan o nos hacen desaparecer”.

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