Como parte de un nuevo pacto comercial, Donald Trump aceptó reducir los aranceles estadounidenses a Suiza del 39% al 15%, disminuyendo así los impuestos que tensaban las relaciones económicas y perjudicaban a los exportadores suizos.
Los dos países han firmado un “memorando de entendimiento no vinculante”, según anunció el gobierno suizo, tras conversaciones bilaterales en Washington y una intensa labor de presión por parte de empresas suizas.
Los críticos aprovecharon el anuncio como prueba de que la Casa Blanca había antepuesto los intereses corporativos a los de los estadounidenses con dificultades económicas, mientras la inflación sigue aumentando el coste de la vida en todo el país.
“Mientras que los precios para las familias estadounidenses están subiendo mucho debido a los caóticos aranceles de Trump, son los multimillonarios y las grandes corporaciones que se acercan a Trump quienes obtienen alivio”, dijo la senadora Elizabeth Warren , demócrata de Massachusetts.
Altos ejecutivos suizos se reunieron con Trump en la Casa Blanca a principios de este mes. Rolex, la lujosa marca suiza de relojes, también invitó al presidente y a varios de sus funcionarios a la final del Abierto de Estados Unidos de tenis en septiembre.
Al llegar, Trump “ preguntó en broma si lo habrían invitado de no ser por los aranceles”, reveló posteriormente Jean-Frédéric Dufour, director ejecutivo de Rolex. Fue “un momento que provocó risas generalizadas”, añadió.
Dufour negó que Rolex hubiera entablado negociación alguna con Estados Unidos sobre aranceles. La Casa Blanca desestimó las críticas de Warren como «teorías conspirativas absurdas».
Rolex obsequió a Trump un reloj de mesa de oro , que posteriormente se vio en su escritorio del Despacho Oval. Se dice que otra empresa donó una barra de oro grabada.
El representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, también confirmó el avance el viernes, diciendo a CNBC, la cadena de noticias financieras, que ambas partes habían “llegado esencialmente a un acuerdo”.
Según un comunicado del gobierno suizo, la administración Trump acordó limitar los aranceles estadounidenses a Suiza y Liechtenstein “a un máximo del 15%” en virtud del acuerdo.
Esto equipara los aranceles estadounidenses sobre Suiza con los de la Unión Europea, lo que permite a los exportadores suizos recibir el mismo trato que sus competidores en los países vecinos.
A cambio, Suiza reducirá los aranceles «sobre una serie de productos estadounidenses», según el comunicado. «Además de todos los productos industriales, el pescado y el marisco, esto incluye los productos agrícolas estadounidenses que Suiza considera no sensibles».
Los funcionarios suizos también se comprometieron a otorgar una serie de cuotas para productos estadounidenses que pueden exportarse a Suiza libres de aranceles, incluidas 500 toneladas de carne de res, 1.000 toneladas de carne de bisonte y 1.500 toneladas de carne de ave.
“La fecha para la implementación de estas concesiones de acceso al mercado se coordinará con Estados Unidos para asegurar que los aranceles aduaneros se reduzcan al mismo tiempo”, señala el comunicado.
Este es el último acuerdo comercial marco alcanzado por Trump y su administración. A diferencia de los tratados formales de libre comercio, que son sustanciales y pueden tardar años en negociarse, estos pactos suelen ser de alcance limitado y con pocos detalles.
Todavía no se ha concretado el momento exacto de la implementación, ni cuándo entrarán en vigor las nuevas tarifas y cuotas.
“Van a trasladar gran parte de la producción manufacturera a Estados Unidos: productos farmacéuticos, fundición de oro, equipos ferroviarios”, afirmó Greer en CNBC, “así que estamos muy entusiasmados con ese acuerdo y lo que significa para la industria manufacturera estadounidense”.
El gobierno suizo afirmó que las empresas del país “planean realizar inversiones directas” en Estados Unidos por valor de 200.000 millones de dólares “para finales de 2028”.