La Casa Blanca abandona el plan de obligar a las aerolíneas a pagar a los viajeros por los vuelos retrasados.

Según un documento del Departamento de Transporte de Estados Unidos, la administración Trump está desechando una norma propuesta durante la administración Biden que habría obligado a las aerolíneas a pagar a los clientes por las largas esperas cuando sus vuelos se retrasaran.

El Departamento de Transporte publicó el viernes un aviso anunciando la retirada oficial de la propuesta normativa, presentada en 2024 bajo la presidencia de Biden y la gestión del entonces secretario de Transporte, Pete Buttigieg. Dicha normativa habría obligado a las aerolíneas a pagar a los pasajeros entre 200 y 300 dólares por retrasos en vuelos nacionales de al menos tres horas, y hasta 775 dólares por retrasos de al menos nueve horas.

La agencia, que en septiembre anunció su intención de abandonar la propuesta, indicó que el aviso se publicará en el Registro Federal el lunes. La medida de protección de los pasajeros habría creado «cargas regulatorias innecesarias», declaró el Departamento de Transporte el viernes.

En octubre, un grupo de senadores demócratas defendió la normativa en una carta dirigida al gobierno de Trump, calificándola de «propuesta de sentido común» que habría responsabilizado a las aerolíneas por sus errores. Señalaron que las demoras pueden suponer una carga financiera para las familias cuando se ven obligadas a reservar nuevos vuelos o buscar alojamiento para pasar la noche.

Los clientes en EE. UU. tienen derecho a reembolsos por vuelos cancelados, pero no existen protecciones similares para los retrasos.

El viernes, la agencia explicó los motivos para descartar la medida, afirmando que esta permitiría «a las aerolíneas competir en función de los servicios y la compensación que ofrecen a los pasajeros, en lugar de imponer nuevos requisitos mínimos para dichos servicios y compensaciones mediante la regulación, lo que supondría costes significativos para las aerolíneas».

Al ser consultado el viernes, el Departamento de Transporte declaró a CBS News que «la propuesta de Biden y Buttigieg era solo eso: una propuesta».

“Fue descartada después de las elecciones, en los últimos días de la administración. Nunca se promulgó y no refleja la compensación a la que los consumidores tienen derecho actualmente con respecto a retrasos y cancelaciones”, dijo un portavoz de la agencia.

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