La pequeña moneda de cobre que ha tintineado en nuestros bolsillos durante más de dos siglos está a punto de convertirse en historia. Con el último centavo saliendo de la línea de producción de la Casa de la Moneda, millones de estadounidenses se preguntan qué significa esto para sus monederos, alcancías y transacciones diarias.
Este cambio histórico representa más que el fin de la producción de monedas: es una transformación completa de cómo manejamos el cambio en Estados Unidos. La decisión afecta a todos los hogares del país, desde los coleccionistas hasta los usuarios ocasionales de monedas.
Así que profundicemos y exploremos exactamente lo que puede y debe hacer con sus centavos a medida que esta era monetaria llega a su fin.
Tras más de dos siglos de producción, Estados Unidos se prepara para acuñar su último centavo. El momento histórico tendrá lugar en la Casa de la Moneda de Filadelfia el miércoles, marcando el fin de una moneda introducida por primera vez en 1793.
Si bien los centavos existentes seguirán en circulación, su desaparición gradual ya ha empujado a los minoristas a repensar sus estrategias de precios a medida que las monedas se vuelven cada vez más escasas.
El gobierno argumenta que descontinuar el centavo reducirá gastos innecesarios, una idea que el presidente Donald Trump enfatizó al anunciar el plan a principios de este año, afirmando que la medida eliminaría el desperdicio del presupuesto nacional. Los centavos actuales, estampados con la imagen de Abraham Lincoln y hechos de zinc recubierto de cobre, cuestan casi cuatro centavos cada uno, casi el doble que hace una década.
El Departamento del Tesoro proyecta que detener la producción ahorrará aproximadamente 56 millones de dólares al año.