La historia musical de Abraham Mateo comenzó mucho antes de que su nombre sonara en todas las radios. Aunque el gran salto llegó a los 14 años con Señorita, el artista gaditano llevaba desde los siete intentando abrirse camino en la industria. Su primera aparición televisiva fue a los nueve años en el programa andaluz Menuda noche, punto de partida de una carrera que hoy suma éxitos constantes y millones de reproducciones en plataformas digitales.
Uno de sus trabajos más recientes es Quiero decirte, junto a Ana Mena, una canción que ha recibido varios reconocimientos en Latinoamérica y que ha vivido un nuevo impulso gracias al cine. El tema forma parte de la banda sonora de Culpa Nuestra, película de Prime Video basada en la novela de Mercedes Ron, que se ha mantenido entre los contenidos más vistos de la plataforma.
En este contexto, Abraham Mateo fue invitado a El Hormiguero, el programa nocturno de Antena 3 conducido por Pablo Motos, donde repasó su trayectoria y celebró el éxito renovado del tema. “La canción tiene tres años, pero gracias a Culpa Nuestra, que acompaña una escena clave, llegamos al número uno en Shazam”, explicó. También habló de la importancia del baile en su identidad artística, un rasgo presente desde sus inicios: “Siempre me ha gustado bailar. En Señorita ya quise hacerlo. Hoy sigue siendo parte de mí, me encanta ensayar y compartirlo con mis bailarines”.
Con apenas 27 años cumplidos en 2025, el cantante celebrará 20 años de carrera con un concierto especial el 11 de enero en el Movistar Arena de Madrid. La cita promete ser un recorrido emocional por toda su discografía: “Voy a repasar toda mi trayectoria. Será una de las noches más bonitas de mi vida. Hay canciones que no volveré a cantar, pero que han sido fundamentales en mi camino”.
Durante la entrevista, Mateo también compartió anécdotas tan insólitas como emotivas. Recordó la vez que un fan le pidió firmar un autógrafo… sobre su perro, o el mal momento que vivió en un vuelo rumbo a México tras tomar un café con mucho hielo: “Empecé a vomitar nada más despegar. Miraba la pantalla y quedaban nueve horas de vuelo. Fue durísimo”.
En el plano más íntimo, el artista habló sin filtros sobre el acoso escolar que sufrió en su infancia. Su temprana exposición mediática no fue fácil de encajar en el entorno escolar: “Me daban la espalda, me insultaban. Incluso me pusieron seguridad dentro del centro. Había pasillos por los que daba miedo pasar”. Con el tiempo, contar lo que vivía a su familia fue clave: “Abrirme fue un alivio. Todo tiene solución y hay que hablarlo”.
