Si has visto imágenes de Tulum en las redes sociales últimamente, puede que te cueste reconocerlo. Las multitudes, el caos y la sobrecarga sensorial habituales de la Zona Hotelera están inquietantemente tranquilos. Los clubes de playa están medio vacíos. Los vestíbulos de los hoteles carecen de registros de entrada. Los restaurantes tienen filas de mesas vacías. Las calles, que antes bullían con bicicletas, scooters y viajeros cubiertos de arena, se sienten extrañamente quietas
Tulum, el mismo destino que hace tan solo unos años parecía imposible de reservar sin meses de antelación, ahora está sorprendentemente tranquilo. No pacífico, sino vacío. Para un lugar que construyó su identidad sobre la base de ser el destino de playa más codiciado de México, esta repentina tranquilidad cuenta una historia muy diferente. Y no es solo una sensación. Habla con taxistas, asesores de viajes, viajeros y lugareños, cualquiera que conozca Tulum, y te dirán lo mismo: las multitudes han disminuido, la energía ha cambiado y muchos viajeros que antes acudían en masa a Tulum ahora eligen ir a otro lugar. Las playas siguen siendo impresionantes y el agua sigue siendo de un azul eléctrico, pero el destino que una vez palpitó con vida se encuentra en un momento de ajuste de cuentas.
México ha sido mi hogar y he visto pueblos de todo el país evolucionar, reinventarse y, a veces, perderse en el proceso. Tulum es un lugar que desearía que hubiera sido protegido con más cuidado, un lugar cuya belleza merecía una planificación más reflexiva de la que recibió. No tenía por qué ser así. Podría haber crecido de forma diferente. Podría haber sido un modelo
Anuncio
Si estás tratando de decidir si visitar (o adónde ir en su lugar), este momento importa.
Una impresionante vista panorámica del mar Caribe en Boca Paila, Tulum, con vibrantes aguas turquesas y palmeras que se mecen. Un sereno paisaje tropical en el corazón de la Riviera Maya.
Por qué Tulum se siente como un pueblo fantasma
La ecuación del valor cambió
En los últimos años, los precios de los hoteles y los costos de los restaurantes han aumentado considerablemente. Las habitaciones que antes se sentían como un lujo bohemio asequible ahora tienen precios de gama alta. Los clubes de playa son conocidos por sus altos gastos mínimos, y las tarifas de taxi que rivalizan con las de las grandes ciudades a menudo sorprenden a los visitantes. Los viajeros se dan cuenta cada vez más de que pueden gastar mucho menos y obtener más a cambio en otros lugares de México.
La infraestructura nunca se puso al día
Tulum creció más rápido que sus sistemas fundamentales. Las carreteras están congestionadas, la energía y el agua se sobrecargan debido a la demanda, y el transporte es inconsistente y caro. Para muchos visitantes, la logística que antes parecía fácil ahora resulta agotadora, especialmente en comparación con destinos más tranquilos cercanos donde el movimiento básico es fluido.
El ambiente cambió
El Tulum que una vez se sintió espiritual y tranquilo se ha convertido en un destino centrado en la fiesta y las tendencias. Para algunos, esa evolución es atractiva. Para otros, crea una desconexión entre la imagen comercializada de una escapada tranquila a la selva y la realidad de una vida nocturna de alta energía y espacios llamativos impulsados por marcas. Muchos de los viajeros que construyeron la reputación inicial de Tulum ahora buscan un lugar que se sienta más arraigado.
Impacto ambiental
Al igual que gran parte de la costa caribeña, Tulum experimenta sargazo estacional. Algunas semanas son claras y brillantes; otras no. Combinado con la presión del desarrollo sobre los delicados ecosistemas, las condiciones ambientales pueden afectar la experiencia de playa que esperan los visitantes.
Anuncio
En conjunto, estos factores han llevado a un cambio notable: los viajeros buscan en otros lugares, no porque Tulum no sea hermoso, sino porque la experiencia ya no se alinea con la promesa.
Entonces, ¿deberías ir a Tulum todavía?
Depende de lo que busques. Si tus vacaciones ideales son hoteles boutique de diseño vanguardista, clubes de playa con mucha energía, noches de DJ y vida social, Tulum lo tiene todo. Hay propiedades increíbles y experiencias gastronómicas excepcionales. La naturaleza circundante (la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, los cenotes, la selva protegida) sigue siendo impresionante.
Pero si lo que anhelas es tranquilidad, buena relación calidad-precio, cultura mexicana y facilidad de acceso, movimiento sin esfuerzo (las cosas que originalmente hicieron especial a Tulum), puede que este no sea el momento adecuado. Por suerte, México está lleno de alternativas que ofrecen lo que Tulum ofrecía antes, sin el esfuerzo.