Sonia Meakin recuerda lo que estaba pensando segundos antes del accidente que mató a su esposo Mark.
«Recuerdo haberle dicho mentalmente a mi madre, que falleció hace 17 años, que probablemente íbamos a morir», dijo. «Pero por favor, sálvennos a una de nosotras o a las dos; alguien tiene que estar aquí para mis hijos y mis nietos».
«Entonces todo se volvió completamente negro, no vi, ni oí, ni sentí nada.»
El que fuera uno de los hombres más buscados de Nottinghamshire muere en una prisión insegura.
Un establecimiento con licencia para la venta de alcohol se libra de la suspensión tras vender cigarrillos y vapeadores ilegales.
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Sonia, de Derby, estaba charlando con su marido mientras él conducía por la M1 el 11 de julio cuando se dio cuenta de que había perdido el conocimiento.
Su coche zigzagueaba entre el tráfico antes del devastador choque. Ella despertó y encontró a Mark tirado en el suelo.
Los servicios de emergencia intentaron reanimarlo durante 45 minutos, pero no pudieron salvarlo.
Al describir los momentos previos al accidente, Sonia, de 56 años, dijo: «Mark me acaba de decir: ya hay luz».
«Luego lo repitió, y después dijo que iba a desmayarse. Ni siquiera lo miré durante los primeros 30 segundos. Simplemente no entendí lo que dijo.»
«Me di cuenta de que el coche se desviaba hacia la izquierda, miré a mi derecha y fue como si se hubiera quedado dormido, sus manos se habían soltado del volante.»
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«Intentaba conducir zigzagueando entre el tráfico. Pensaba: ¿cómo voy a parar este coche?»
Dos semanas después, Sonia despertó en la unidad de cuidados intensivos con una lista de lesiones tan larga que podría llenar una hoja A4.
Más tarde, su familia le contó que la policía afirmó que ella había salvado vidas con sus acciones aquel fatídico día.
Después de 19 operaciones, Sonia dijo que se sentía como una «muñeca de trapo», sentada en la Unidad de Rehabilitación del Hospital de la Ciudad de Nottingham.
La comadrona recuerda con claridad los momentos que dieron un vuelco a su vida, pero siempre ha estado decidida a recuperarse por su familia.
En el accidente, Sonia sufrió fractura de peroné, tibia, pierna derecha, muñeca y ambos codos, además de heridas en el estómago, el bazo y el diafragma.
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«Fue muy difícil de organizar y de armar. Lo más difícil de asimilar fue ver una foto mía en coma.»
«Mi familia pensó que iba a morir; para mis hijos, verme así fue muy duro. Luego me di cuenta de la cantidad de lesiones que tengo, desde los codos hacia abajo; me siento como un muñeco de trapo. Contamos todas las cicatrices que pude ver; eran 13.»
Salí de casa siendo una mujer casada. Todavía no he vuelto, pero cuando lo haga, volveré siendo viuda.
Sonia iba a ser una de las primeras pacientes en ser trasladada a la Unidad Nacional de Rehabilitación en Stanford Hall, una nueva iniciativa conjunta del Nottinghamshire University Hospitals’ NHS Trust.
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Desde entonces, su apertura se ha retrasado y ahora se espera que comience el año que viene, momento en el que Sonia espera estar de vuelta en casa.